Es diseñadora Industrial por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), recibida en 1996. En el año 2002 se ha especializado, bajo el formato de Beca Mercosur Design, en las relaciones de desarrollo del Sistema Design Italiano: Diseño - Universidad -Distritos productivos, Perfeccionamiento Superior coordinado por el Centro de Analisi Sociale que integra las Universidades: La Sapienza, Roma; Politécnico de Milán; ISIA: Roma, Florencia y Urbino. Cursó la Maestría en Desarrollo Local de la Universidad Nacional de San Martín y la Universidad Autónoma de Madrid (2007- 2008). Entre los años 2008-2011, se desempeñó como Becaria Doctoral de la ANPCyT – MINCYT, en el marco del Proyecto PICT 2006/ 2055: “Diseño, Comunicación y Tecnología para el desarrollo: sistematización de políticas e innovación en el territorio” – Centro CAO – FADU, dirigido por la DI Beatriz Galán. Es además Docente - Investigador Categoría II - SPU, bajo los Programas PID y SEU de la Universidad Nacional de La Plata, e investigadora bajo proyectos UBACyT y PDTS radicados en CEPRODIDE - FADU-UBA. Docente de Posgrado a nivel nacional, Comité Asesor de publicaciones científicas y Evaluador del Sistema de Investigaciones. En la actualidad es Coordinadora del Centro Internacional de Diseño del Conocimiento “Tomás Maldonado”, Polo Científico Tecnológico - MINCYT. (Facultad de Arquitectura Urbanismo y Diseño - UNC)
Roxana comenzó su discurso planteando la definición de desarrollo sostenible según la Asamblea General de Naciones Unidas y de la Comisión Mundial para el Desarrollo y Ambiente, presentada en el Informe Brundtland.
Esta definición, que data del año 1983, ha regulado todas las decisiones que tienen que ver con sustentabilidad en el marco de todos los países que la integran.
“El desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” (ONU, 1987, p. 67).
La diseñadora plantea que esta definición no sólo le resulta incompleta sino que también es demasiado amplia y genérica, lo que no permite entender cómo resolver los problemas a nivel local. Si bien se plantean los problemas sobre la mesa, “no existe la vocación de resolución”, debido a que no lo hacen desde un abordaje basado en problemáticas sustentables con bases sólidas, como por ejemplo, el no cuestionar el sistema económico imperante, el modelo global del capitalismo. Garbarini propone cuestionar el capitalismo, para poder obtener modelos creíbles y sustentables.
“Para que sea sustentable tiene que ser reproducible, para que sea reproducible, tiene que poder costearse.”
Cuestiona el documento (Brundtland) como “un documento lleno de contradicciones”, ya que en el mismo se asegura que el modelo de crecimiento traerá un desarrollo sostenible, lo cual nadie puede asegurar de que sea así. Siguiendo la línea de cuestionamiento, menciona un texto muy crítico del informe, con el título “Un lobo vestido de cordero”, que, aparte de su línea crítica, intenta un abordaje diferente, acercando algunas soluciones a la problemática, con la idea de la “economía verde”. Desde este texto se apunta a que la propia definición de la ONU habla de “satisfacer necesidades” de generaciones presentes y futuras, en una visión antropocéntrica, sin dar lugar a otras cosmovisiones en donde el hombre no sea el centro y así poder pensar en la sustentabilidad desde otra óptica: “relación humano-no humano”. “¿Es el ser humano, el ser vivo más importante de la naturaleza desde el punto de vista de la sostenibilidad?".
La autora desafía a esa mirada diferente: encarar los temas de la sustentabilidad y el diseño desde una mirada multidisciplinaria.
Ella presenta su definición de la visión que tiene acerca de desarrollos sustentables, relacionados a las ciudades inteligentes como:
"Una Ciudad Inteligente y Sostenible es una ciudad innovadora que aprovecha las tecnologías de la información y la comunicación y otros medios para mejorar la calidad de vida, la eficiencia del funcionamiento y los servicios urbanos y la competitividad, al tiempo que se asegura de que responde a las necesidades de las generaciones presente y futuras en lo que respecta a los aspectos económicos, sociales y medioambientales".
El diseño de una ciudad inteligente lo plantea desde tres niveles centrales: el de la ciudad, el de las personas y el del diseño. ¿Por qué plantea estos tres niveles? Porque piensa los problemas de diseño en base a las dinámicas que se producen en un territorio. Es un escenario de reconstrucción y reconfiguración. Dejar de pensar la ciudad como una cuestión de tramas y pensarlo como una cuestión de redes, con transformaciones tecnológicas.
REFLEXIONES PERSONALES
Entiendo la idea de Garbarini de la creación de una Ciudad Inteligente y Sustentable como un proyecto moderno y muy ambicioso, en donde necesariamente deberían confluir firmes y claras políticas estatales con una muy fuerte inversión público-privada en el campo de la tecnología. En ese interés común, tal como lo detalla el proyecto de diseño, deben coincidir el sentido crítico, la creatividad y el sentido práctico: ardua y difícil tarea. Basada en una muy cuidada planificación que abarca innumerables aspectos, tiene, en mi opinión, una proyección futurista, un tanto alejada de la realidad que nos toca vivir en nuestro Uruguay. No obstante, su potencialidad se puede expresar en dos elementos positivos: el acceso al servicio de la electricidad en casi el 100% de los hogares y un masivo acceso a internet. Estos aspectos, sumados a otros, como ser el país de la región que presenta los niveles más altos de inclusión e igualdad social, intentan acercarlo un poco más. La educación, como parte de la estrategia, es fundamental. No solo en lo que refiere a lo estrictamente curricular, sino también en la corrección de determinados hábitos de consumo responsable y de cuidado del medio ambiente, en el convencimiento de hacerlo más amigable y con proyección de futuro.
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